Foto: Mariana Yepes. La estudiante de Erasmus de Periodismo  en el centro de la ciudad durante su estancia en la capital malagueña

La estudiante procedente de Medellín (Colombia) destaca de Málaga la cercanía de sus habitantes, “algo llamativo al tratarse de una ciudad grande y dinámica”

“En mi Universidad, EAFIT, es muy popular irse de intercambio a la UMA”, señaló.

La experiencia de viajar al extranjero ha resultado siempre una de las vivencias más significativas hasta para quienes son menos osados en este sentido. Doblemente memorable son para los estudiantes de Erasmus, que conocen una ciudad en una doble faceta: el ocio y la rutina universitaria. Es el caso de Mariana Yepes (Medellín, 1998). Estudiante de Comunicación Social y Periodismo, sentía especial atracción por Málaga al estar bañada por el mar y por contar con una Universidad “que ofrecía un muy buen programa relacionado con periodismo”. Justo el que ella quería para profundizar en la profesión periodística, algo que su facultad privada EAFIT no se trata mucho. Con el añadido de que “España es un país donde el periodismo está a la vanguardia, haciendo posible un mayor aprendizaje teórico y práctico que en otro destino”. 

¿Qué te llevó a venir a Málaga en Erasmus? ¿De dónde procedes?

Me llamo Mariana y soy de Medellín (Colombia). Me fui a Málaga durante el sexto semestre de mi Universidad. Decidí irme porque quería profundizar en la parte periodística ya que mis estudios aquí acogen comunicación social y periodismo. Si bien, realmente, yo quería estudiar sobre todo periodismo. En este punto fue cuando investigué un poco y vi que la Universidad de Málaga tenía ese programa que me interesaba. Me llamó mucho la atención. Por otra parte, también influyó el hecho que fuera en Málaga; siempre me había gustado la idea de vivir cerca del mar.

¿Conocías antes la ciudad?

No. Nunca había estado en España. Sí es cierto que tuve la oportunidad de visitar Europa. Pero, de España solo había visto fotos. En mi Universidad, EAFIT de Medellín, sí es muy popular irse de intercambio a la Universidad de Málaga. Por lo que, no era la primera persona que lo hacía; tenía varios amigos que ya lo habían hecho, siendo este otro motivo que me impulsó a irme porque me contaban siempre muy buenas experiencias.  

Señalabas que uno de tus motivos para venir a Málaga fue profundizar en el estudio del periodismo. ¿Te sirvió finalmente el intercambio para conseguirlo?

Sí, totalmente. Asistí a muy buenos cursos periodísticos que realmente me marcó mucho. Recuerdo especialmente uno de radio con el profesor Manuel Chaparro. Eso para mí fue un antes y un después en mi vida. Incluso, después nos intercambiábamos correos porque me marcó mucho. Es decir, para mí fue una experiencia super bonita, en la que conocí la labor periodística tal y como me la imaginaba. Aquí en Medellín hay ejercicios periodísticos muy serios, pero sentía que España era un lugar donde el periodismo está muy a la vanguardia. Mientras estuve en Málaga, sentí que estaba en el lugar correcto. 

La UMA celebra 50 años de los que formas parte. Según tu experiencia, ¿qué te llamó la atención en la forma de estudio de tu facultad en Málaga?

Sobre todo, el examen. Allí se trata de uno final que cuenta un 90% de la nota o así. En mi Universidad de Medellín normalmente son varios del 25% con una periocidad de dos o tres semanas. Esto también fue una facilidad para disfrutar más de la ciudad durante aquellos meses porque, aunque tenía que estudiar, se condensa todo al final.

De esta manera, según tu experiencia, destacarías el aprendizaje de la profesión, ¿no?

Absolutamente. También, destaco mucho el ambiente de la Universidad. Me encantó porque recuerdo que llegué con la idea de ir a clase y ya tener un poco esa rutina universitaria. Pero, no me imaginaba que iba a conseguir un grupo de amigos súper cercano. Especialmente, fueron cinco personas con las que hasta a día de hoy hablo. Esto también enriqueció muchísimo la experiencia porque no solo se trataba de ir a clases sino también de compartir con ellos momentos, conocer cómo vivían. En definitiva, participar de esa cotidianidad de Málaga.

Mariana Yepes: “Sentirme abrazada, muy acogida, fue lo que hizo diferente mi experiencia allí; no pensaba que fueran tan abiertos los malagueños”

Buen profesorado junto a unas clases provechosas y la compañía de un grupo de amigos. Podríamos decir que la Universidad te acogió bien como estudiante de Erasmus.

Muy bien, desde la primera semana. Yo estaba en un programa en el que te asignaban un acompañante durante la estancia en la ciudad. La mía fue la estudiante de periodismo Gabriela Rocha. Con ella, no solo iba a la Universidad, sino que me invitaba a todos sus planes y me presentaba a su grupo de amigos. Fue algo super diferenciador para mí porque respecto a las experiencias previas, aunque eran muy buenas, no escuché nunca que se integraran tanto con la gente de la Universidad.

Si ya te resultaba atractiva la ciudad por estar cerca del mar, cuando te encuentras tan integrada en muchos planes de tus nuevos amigos, ¿cómo hiciste para compatibilizar la exigencia universitaria con el ocio de la ciudad?

Ciertamente, no elegí tantas clases; fueron unas cuatro, algo que no me pareció un número muy alto. De esta manera, podría sobrellevar bien estudiar durante la semana y, también, conocer muchos lugares y conocer personas de otras facultades. Visité la playa e hice una vida social plena los fines de semana, conociendo otros lugares de Andalucía. 

¿Qué destinos destacarías de cuántos visitaste?

Granada. Granada me fascinó. Incluso estuve dos veces porque la primera vez dije: “Tengo que volver aquí”. Sevilla, también espectacular. Cádiz fue otro sitio en el que estuve muy bueno. Fuera de Andalucía conocí Madrid y Barcelona; me encantaron. 

Las ciudades que mencionas son justamente las grandes capitales del país. Si volvieras a España, ¿repetirías Málaga o elegirías alguna de esas otras ciudades?

Creo que volvería a Málaga, la verdad. Málaga es perfecta porque siento que es una ciudad al lado del mar que tiene lo mejor de los dos mundos, por así decirlo. Estuve en Barcelona y Madrid. Pero es que Málaga reúne para mí los mejores condicionantes para volver. No deja de ser una capital importante, aunque te muestra cercanía. Me resultó maravilloso caminar por Larios y encontrarme a muchos amigos. 

Contar ‘batallitas’ quiere decir anécdotas a destacar. ¿Cuál es la que siempre cuentas en tu país tras haber estado en Málaga?

Les cuento mucho que cuando yo iba a la Universidad llevaba puesto debajo de la ropa el bañador para irme al mar después de clase. Aquí a todo el mundo le parece súper loco, pero es que a mí me encantaba ir al mar todos los días. No quería volver directa de la facultad a mi casa; cogía el bus y… para la playa.

¿Qué etapa, época del año comprendió tu estancia en la ciudad? ¿Coincidió con alguna celebración tradicional como la Navidad?

Yo llegué a finales de enero. Coincidió con el Carnaval y la Semana Santa. Sin embargo, durante el Carnaval estuve en otro lugar y con la Semana Santa ocurrió lo mismo; estuve en Portugal. 

¿Qué recuerdas de aquel viaje al país vecino?

Me encantó. No lo conocía y me fui en autobús. Fue un viaje larguísimo. Lo que llamó en mí mucho la atención fue pensar que por 10€ podía ir a Portugal. Allí me encontré con otras amigas de Colombia que estaban de intercambio en otros países. En concreto, fuimos a Lisboa porque una de mis amigas tenía allí familia. Ese ambiente familiar fue espectacular porque quizás es lo que se echa más en falta de una experiencia como la mía en el extranjero. 

Decías al comienzo de la entrevista que sigues conversando con estudiantes de Málaga. ¿Cómo se da ese contacto? ¿Quieren visitarte, piensas volver…?

Estando allí era esa promesa de que algún día iban a venir o que iba a volver. Siento que con el tiempo eso se hace un poquito más difícil porque en ese momento era mirar ya los billetes de avión a ver si era posible y, de pronto, ya no es algo tan latente. Pero, con una amiga, que es la más cercana, cuando hablamos es como volver a estar allí juntas. Se trata de una amistad muy bonita. Por lo que, siento que con ella seguro va a darse ese hecho de que vuelva o venga ella y nos volvamos a ver. Sentirme abrazada, muy acogida, fue lo que hizo diferente mi experiencia allí. Impresionante. No pensaba que fueran tan abiertos los malagueños. O sea, los malagueños son lo mejor. 

¿Has tenido la experiencia de un Erasmus de Málaga o España en tu país? ¿Cómo comparas la experiencia de acoger con ser acogida?

Sí. Un chico de la propia Universidad de Málaga. Recuerdo que se llamaba José, de Ciencias Políticas. Fue un año antes de yo irme allí. Coincidí con él durante mi estancia y fue otro de esos buenos amigos porque visité hasta su casa y formó parte de ese grupo mío en Málaga. 

Respecto a la segunda pregunta… hay que tener en cuenta que no estudiábamos lo mismo. Aunque sí que le enseñé la ciudad, él ya tenía su grupo de amigos. Además, recuerdo que era más independiente por lo que generalmente quería moverse solo. Yo, por ejemplo, fui más dependiente y me gustaba estar con mucha gente, siempre con amigos. 

 

Yepes se encuadra en ese perfil más actual y potencialmente conocido entre los jóvenes. Son muchos los universitarios extranjeros que deciden trasladarse a la Universidad de Málaga para disfrutar, conocer y aprender. Aunque, también es notable la marcha del caso contrario; malagueños que viajan a universidades extranjeras. En apenas un año, Mariana ha vivido ambas experiencias. Con claras diferencias desde sus vivencias; le gusta acoger y ser acogida. Aunque reconoce su especial gusto por estar siempre acompañada, tal y como estuvo en Málaga. Una ciudad a la que siempre volverá. 

En estos 50 años desde la fundación de la UMA, no solo se han dado estudiantes de nuestro país, sino que son muchos los que eligen la institución universitaria malagueña para tener una experiencia única en su etapa de formación profesional. 

 

Alumni UMA ha dedicado también su II Ciclo de Conferencias para la Sociedad al 50 aniversario de la Universidad de Málaga. Conoce el proyecto y súmate al resto de ponencias.